domingo, 3 de abril de 2016

Comida Rápida

Reseña histórica de la comida rápida

Todo comenzó en la Segunda Guerra Mundial cuando el Ejército de Estados Unidos se vio ante el dilema de alimentar a cientos de miles de soldados tres veces al día y en condiciones miserables, muchas veces bajo el fuego enemigo. ¿Cómo preparar una comida que aguante en el tiempo, se mantenga fresca y sea apetitosa? Fue allí que los cráneos del Pentágono comenzaron a experimentar con ingredientes extras y aditivos, no solo en los platos sino también en la carne vacuna y en los pollos.
Este proceso de elaboración en cadena y en grandes cantidades terminó produciendo las primeras comidas ‘procesadas’, que incluían aditivos químicos e ingredientes que permitían la durabilidad de la comida como así también un sabor adictivo, profundizado por el agregado de grandes cantidades de sal, azúcar y aceite, ingredientes todos que si bien le añaden sabor a la comida, son altamente dañinos para la salud si se consumen sin moderación.
 La consigna era alimentar a las tropas con este procesamiento industrial que asegurara la continuidad de la cadena alimenticia a la vez que provocara el efecto ‘Coca Cola’ entre los soldados, aquel que es insaciable.
De repente, las hamburguesas dejaron de ser lo que eran y comenzaron a llegar congeladas, con abundante dosis de sal y aditivos químicos para resaltar su sabor y mantener su ‘frescura.’ Lo mismo ocurrió con el pollo, tan central en la dieta gringa. Y con el resto de las comidas. El sistema era barato, eficiente y sabroso, lo que no necesariamente quiere decir saludable.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 quedó un vacío con este inmenso ‘aparato industrial’ de confección de comidas procesadas. Hasta que a un par de empresarios se les ocurrió extenderlo a la vida civil y promocionar estos productos, elaborados en fábricas, en los supermercados. Fue así que comenzaron a verse en las góndolas comidas en caja, a las cuales solo había que añadirles agua.
Paradójicamente, el florecimiento del feminismo en la década del setenta trajo como resultado el surgimiento de las comidas `procesadas’ y le dio un empujón a las cadenas de restaurantes de comidas rápidas ya que la mujer se unía a la fuerza laboral a la par del hombre, abandonando la cocina, el bastión femenino de la década del sesenta.
Las cadenas vieron en el feminismo una oportunidad para expandir sus negocios y echaron mano de la publicidad para atraer consumidores. Muchos recuerdan la publicidad de Kentucky Fried Chicken bajo el lema ‘Nosotros también somos feministas’, con la foto de varias patas y pechugas de pollo frito rebosando un ‘bucket’ con el tradicional logo de la empresa.
McDonald’s, Burger King, Wendy’s, Popeye’s, Arby´s, Pizza Hutt y tantas otras empresas de comida procesada comenzaron a ser parte del paisaje urbano norteamericano que recibió con los brazos abiertos a estos verdaderos generadores de ‘chatarra’ para la salud.
Hoy, se está dando un giro en la manera en cómo el público ve a estos restaurantes y a este tipo de comida. Es que el mejor acceso a las fuentes de información ha dejado al desnudo lo tóxico de estas comidas, sin olvidar el flagelo de la obesidad que acosa al país entero, donde el 33% de la población es obesa, producto del consumo masivo de estas comidas ‘procesadas’. Hoy, las cadenas de comida chatarra están incluyendo más frutas y verduras en su menú.
Actualmente, la producción de alimentos atraviesa un proceso de transición acelerado y creo que esto es grave porque se da una industrialización de la producción agraria a costa de un notable sacrificio de la calidad nutricional y biológica de los alimentos. Y están siendo reemplazados por productos que son, básicamente, almidones de poco valor y que vienen acompañados de los tres nutrientes sobre los que la Organización Mundial de la Salud advierte que producen la mayoría de enfermedades: azúcar, grasa y sal.

VENTAJAS DE COMER COMIDA RÁPIDA
Entre las mayores ventajas que aporta el consumo de comida rápida está el ahorro de tiempo, ya que al comer en un restaurante fast food no se tiene que cocinar, además muchos de estos restaurantes ofrecen la posibilidad de llevar la comida al propio domicilio, por lo que la comodidad se incrementa.
Otra de sus ventajas es el precio, ya que muchas veces se pueden adquirir menús completos de comida rápida por precios muy asequibles y económicos.
Seguir una dieta equilibrada y sana también es posible con las comidas rápidas, ya que se ofrecen multitud de platos diferentes, como ensaladas, pescados o platos 100% veganos.

DESVENTAJAS DE COMER COMIDA RÁPIDA
El mayor problema que puede surgir al consumir habitualmente comida rápida es que influya en la salud a corto y a largo plazo. Hay muchas enfermedades asociadas a las comidas rápidas altamente calóricas, como las enfermedades cardiovasculares o la obesidad.
Los menús de las cadenas de comida rápida suelen ser muy calóricos y por norma general van acompañados de bebidas con alto contenido de azúcares y exceso de grasas.
Además, aunque pueda parecer cómodo pedir comida a domicilio porque se espera que la entrega sea rápida, en muchas ocasiones, debido al tráfico de la ciudad o al exceso de pedidos del restaurante, la comida llega tarde.

EFECTOS DE LA COMIDA RÁPIDA EN EL ORGANISMO
 Según investigaciones se han detectado varias enfermedades causadas por el consumo de comida chatarra; entre las principales se encuentran:

Enfermedades del corazón. Es una de las afecciones más comunes a causa del consumo de comida rápida. Grandes cantidades de grasa corporal suelen dar lugar a mayores niveles de colesterol LDL y niveles bajos de HDL. Ambos factores pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas, una de las principales causas de muerte en el mundo.
Diabetes. Una de las enfermedades relacionadas con la obesidad es la diabetes. Quien padece de esta afección no puede producir suficiente insulina para que los azúcares se conviertan en energía, debido al mal funcionamiento del páncreas. El azúcar que no es transformada termina flotando en la sangre y provoca daños severos al cuerpo.
Dislipidemia. Son un conjunto de patologías caracterizadas por altercaciones en la concentración de lípidos sanguíneos en niveles que involucran un riesgo a la salud, informa la Asociación de Sociedades Científicas. Esta afección está relacionada con el consumo de comida chatarra, ya que se produce cuando los niveles de colesterol "malo" (LDL) y los triglicéridos son anormalmente altos. La mayoría de los médicos atribuyen directamente su desarrollo al aumento de peso.
Síndrome de Ovario Poliquístico. Las mujeres que tienen sobrepeso tienen un riesgo mayor de desarrollar este trastorno, que es una de las principales causas de infertilidad en las mujeres que se encuentren en edad reproductiva. Esta afección hace que los ciclos menstruales sean irregulares y que aumente el crecimiento de vello. Además, la enfermedad se asocia con resistencia a la insulina, lo que significa que también es un factor en el desarrollo de la diabetes en las mujeres.
Apnea del sueño. Algunas personas con problemas de peso atribuyen su falta de energía a su tamaño, pero muchos de ellos en realidad tienen un trastorno conocido como apnea del sueño. Esta enfermedad se relaciona, entre otras, con la obesidad; y se caracteriza por dejar de respirar mientras se duerme. Esa perturbación del sueño no permite un descanso reparador.
Artritis. Aunque la relación entre obesidad y artritis no es muy clara, existe una correlación significativa entre niveles de ácido úrico y peso corporal. Además, el aumento de peso agrega una carga traumática a las articulaciones que soportan el peso del cuerpo.
 Enfermedad de Blount. La obesidad es especialmente peligrosa para los niños en crecimiento. Esta enfermedad es una condición que se desarrolla cuando mucho peso se coloca en el crecimiento de huesos en la mitad inferior del cuerpo. Este peso extra puede causar un crecimiento que es anormal.
Problemas respiratorios. Así como el sobrepeso pone más tensión en el corazón, también hace que los pulmones trabajen más para obtener más oxígeno del necesario. Niveles de colesterol malo elevados complican que el oxígeno pueda desplazarse fácilmente por el organismo. Las personas con obesidad también pueden presentar asma.
 Daño hepático. A veces, el cuerpo tiene problemas para digerir los alimentos grasos; como resultado, la grasa se puede acumular alrededor del hígado. Esta condición puede terminar causando cicatrices y la inflamación del órgano, así como daños permanentes al mismo.


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