Se pueden definir como los
hábitos adquiridos a lo largo de la vida que influyen en nuestra alimentación.
Llevar una dieta equilibrada, variada y suficiente, acompañada de la práctica
de ejercicio físico es la fórmula perfecta para estar sanos. Una dieta variada
debe incluir alimentos de todos los grupos y en cantidades suficientes para
cubrir nuestras necesidades energéticas y nutritivas.
IMPORTANCIA DE LOS HÁBITOS
ALIMENTICIOS
Para que el organismo se
mantenga sanos y fuertes es muy importante tener una alimentación adecuada. No
sólo interesa la cantidad o porción de los alimentos que se ingiera, sino
también su calidad, ya que ambas influyen en el mantenimiento adecuado de la salud.
Para poder elegir el menú más saludable se necesita saber qué nutrientes nos
aporta cada alimento.
LOS
BUENOS HABITOS ALIMENTICIOS (DIETAS)
Adoptar las siguientes
medidas dentro de la dieta puede ayudar a conseguir una mejor calidad de vida.
La dieta debe ser:
Equilibrada: Es
decir cada comida debe contener en igual cantidad alimentos de los tres grupos.
En esta cultura, se exagera del consumo de carne y se dejan a un lado los
cereales, verduras y frutas, favoreciendo así la obesidad y muchos problemas
por la falta de vitaminas y minerales.
Higiénica:
Para
prevenir enfermedades infecciosas se debe cuidar mucho la calidad, frescura y
forma de preparación de los alimentos. El lavado de manos antes de prepararlos
y comerlos es un hábito que debe fomentarse en los niños desde muy pequeñitos.
Suficiente:
Esto con relación a cubrir las necesidades de nutrimentos, más que a comer
mucho. Cada persona tiene capacidad diferente para comer y no se debe imponer
la misma cantidad a todos, esto en lugar de beneficiar, ocasiona muchos
problemas en las comidas familiares.
Variada: Es
importante que los niños aprendan a comer de todo y si hay algo que no les
gusta tratar de no darlo y buscar un alimento sustituto de los nutrimentos que
contiene. Lo importante son los nutrimentos, no el tipo de alimento en especial
Los
buenos hábitos alimentarios hacen a su contenido y a su modo. Seleccionar
comidas con variados nutrientes, que aporten vitaminas, proteínas, minerales,
hidratos de carbono, en la proporción que el cuerpo necesita, requiere al
principio un estudio, pero luego de que se conocen cuáles son los alimentos que
hacen bien al organismo, los elegimos con naturalidad, despreciando los que
hacen daño, como la sal, el azúcar, las grasas, las harinas refinadas, o los
colorantes artificiales. Consumir abundante agua también forma parte de un
hábito alimenticio saludable, al igual que incorporar muchas frutas y verduras
frescas, combinando múltiples colores. Se recomienda a los padres formar este
hábito desde pequeños, acompañándolos, mostrando que los adultos que comparten
la mesa ya lo tienen incorporado. De nada vale por ejemplo, decirle al niño que
tome su sopa, decirle al niño que tome su sopa, si los mayores no lo hacen
Si
por el contrario día a día se consume los productos mencionados como
perjudiciales el hábito será no saludable, y costará sacarlos de la dieta, tal
como sucede en general en la cultura occidental, que tiene incorporado el
hábito de las comidas rápidas, grasosas y poco sustanciosas.
También es importante la
forma. Acostumbrarse a comer en familia, masticando bien los alimentos,
distribuyéndolos en varias comidas poco abundantes, desayunar más, almorzar
poco y cenar aún más frugalmente, enriquecerá los buenos hábitos en esta
materia
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